Por:
Ismael Guerra De La Ossa.
Columnista La Verdad.//
Intempestivamente y a menos de un mes de haber asumido sus
funciones la subcontralora departamental, Angélica Cohen Mendoza, renunció de
su cargo. Al momento de escribir esta columna el Contralor Miguel Arrázola aún
no había tomado ninguna determinación al respecto. Según se supo, la abogada
Cohen Mendoza adujo para su dimisión asuntos personales. Sin embargo, no
sabemos a ciencia cierta si fue por eso o no, pues muchas veces en estos casos
se aducen unas razones siendo otras. Lo que sí sabemos es que este nombramiento
fue duramente criticado por la prensa regional, local y en vastos sectores de
la comunidad sampedrense que no entendían ni concebían cómo es que un Contralor
Departamental nombra a la hermana de un alcalde como subcontralora, su segunda
a bordo.
Como se recuerda, La Verdad en
su edición del 21 de julio publicó un artículo nuestro titulado “Alcalde con
subcontralora” donde cuestionábamos ese nombramiento. Al respecto escribimos:
“Podrá entonces el alcalde Cohen estar tranquilo por ese lado. Puede manejar
como le dé la gana y hacer lo que quiera con los recursos cuya vigilancia esté
a cargo de la Contraloría de Sucre. No tiene por qué sujetarse a la ley en
materia de contrataciones ni licitaciones ni nada que tenga que ver con eso
pues siempre tendrá a alguien que le cuide las espaldas en dicha Contraloría. Mejor
dicho, ¡tiene blindaje de carro de presidente de la República en ese aspecto!
Nos dirán que al nombrar a la abogada Cohen Mendoza como subcontralora no se
cometió ninguna irregularidad por tener a su hermano como alcalde de San Pedro
y que no existe incompatibilidad ni ninguna norma que lo prohíba, y ello puede
ser cierto.
Sin embargo, la gente piensa otra cosa, es decir, que ese
nombramiento por lo menos moralmente no es correcto. Es que la subcontralora,
como ya se dijo, es la segunda persona después del Contralor y por lo tanto
tiene un poder enorme al interior de la Contraloría, al punto de que cualquier
otro funcionario de ese ente de control que intente siquiera investigar a su
hermano, seguramente lo pensará dos veces y eso no está bien pues limita la
función fiscalizadora que debe contar con total libertad y facultad para que
los investigadores realicen su misión con absoluta independencia y, por
supuesto, libres de cualquier clase de presiones sean del orden que sean”. Y
rematabamos con esta frase: “El contralor de Sucre, Miguel Arrázola, ha dicho
que atacará a fondo la corrupción y que no le temblará el pulso para combatir
ese flagelo, pero con nombramientos así ciertamente da a entender todo lo
contrario”.
¿Sería entonces por La Verdad
que renunció o renunciaron a la subcontralora? Saquen ustedes sus propias
conclusiones.
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