SECUELAS DE LA HISTORIA DEL CAUCA

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Por Ángel H. Solórzano Álvarez
Especial para La Verdad.//.-

En Colombia, la democracia ha sangrado constantemente. A nuestro sistema político le falta legitimidad lo mismo que a la eficacia del Estado para controlar el territorio nacional. Ambas han sido particularmente visibles y dolorosas en los últimos años. El congreso en su trabajo legislativo hace reformas a la constitución  y en el Cauca los indígenas están  hartos de una guerra interminable, quieren que los actores del conflicto se vayan de su territorio.

De hecho, es difícil encontrar una región del país en donde las instituciones republicanas hayan fracasado de manera tan rotunda como en el Cauca. Buena parte de la vida colonial, en pleno siglo XXI, sigue allí su curso como si la independencia no hubiese llegado nunca.

Es verdad que ya no hay auditores, encomenderos, ni inquisidores pero las élites locales siguen dominando en una sociedad que hoy es tan inmóvil como hace tres siglos.

A su vez, el Cauca es uno de los departamentos más pobres del país, y si solo tenemos en cuenta los llamados departamentos viejos, es de lejos, el más pobre. De sus 42 municipios, 30 tienen más del 50% de su población con necesidades básicas insatisfechas.

Es el departamento con el mayor porcentaje de población pobre después de Chocó y Guajira y el segundo con mayor porcentaje de población en  situación de pobreza extrema, Cauca tiene el peor índice GINI del país (es decir, la peor desigualdad social). El fracaso histórico de las instituciones republicanas en el Cauca, propiciado por unas élites sociales y políticas que todavía se creen en la colonia y empeorado por la presencia de grupos ilegales y por la ruta de la coca que pasa por sus montañas, es una razón para entender e incluso, para justificar la reacción de los indígenas en contra muchas veces de la fuerza pública y grupos insurgentes.

En resumen, se necesita mucho más de tropas: algo así como un gran programa nacional de desarrollo social e institucional, una especie de Plan Marshall Colombiano algo que acabe no sólo con la falta de Estado sino también con el clientelismo (otra herida nacional), y demás prácticas político-administrativas que padecemos.

REFLEXION:
La situación del departamento del Cauca, con lo peor de su vida colonial todavía en pie, con su guerra interminable y con sus indígenas olvidados, me recuerda la frase de uno de los más grandes reconocidos literatos mexicanos: Octavio Paz: “En América Latina las épocas viejas nunca desaparecen completamente y todas las heridas, aún las más antiguas, manan sangre todavía”.

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