Sala de Redacción
Me motivó a escribir el presente artículo, la pésima
redacción de dos o quizás tres oficios o comunicaciones escritas recibidas de
funcionarios de la alcaldía municipal de San Pedro.
Es decepcionante que un funcionario público que ocupa una
Secretaría, no esté a la altura del cargo que representa y esto se ve reflejado
en la correspon-dencia que sale de sus respectivos despachos.
¡Qué horror y qué vergüenza!.. Da pena que personas o funcionarios
de otras latitudes vean la escasa capacidad de redacción de un funcionario de
despa-cho de la administración municipal de San Pedro.
¿Qué dirán mis amistades?.. Que hoy, en pleno siglo 21,
todavía se vean este tipo de funcionarios de poca capacidad intelectual para
redactar una carta u oficio al nivel de su profesión y cargo que representa.
¿A qué se debe esta situación?.. Pues bien, la respuesta
es muy clara. Se debe al perfil del
funcionario público.
¿Quiénes deben ocupar las Secretarías del ENTE
territorial?.. Profesionales idóneos que tengan el perfil y cumplan los
requisitos de ley, según la Comisión Nacional
del Servicio Civil.
¿Por qué ocurre esto en San Pedro cada
cuatro años?.. La respuesta es simple. Cuando comienza el mandato de un nuevo
alcalde, los puestos se reparten entre los concejales que apoyaron al
mandatario elegido y en la
En todos los cargos de libre nombramiento y remoción, se
presenta esta situación. Y no debe ser así. Zapatero a su zapato. Ahora bien.
Hay otra opción; proveer los cargos por MERITOCRACIA y someterlos a concurso.
Esto, sería visto con buenos ojos por la comunidad en general.
Hay otro factor que habla muy mal del funcionario público
y es la prepotencia. No todos, pero algunos miran a los demás por encima del
hombro. A esta se le suma la pésima atención al público.
Si la persona es opositora a la administración, le ponen
todas las “talanqueras” y todo tipo de obstáculos para atenderlos o entregarles
la información, cuando debería ser todo lo contrario.
Algunos lo definen como un individuo con capacidad de análisis propio, lo que le
permite tomar las decisiones necesarias y practicar la iniciativa creadora de
modo que no choque con la disciplina.
Háganse la siguiente
pregunta: ¿Son idóneos nuestros funcionarios públicos?
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