Por:
WILBER FLÓREZ RAMÍREZ.
Director La Verdad.//
Sentado frente a la
pantalla de mi ordenador, escribí estas líneas con el único propósito de
invitarlos a reflexionar sobre la vida y el mundo en que vivimos. La tierra,
este cálido y tibio planeta; lugar donde transcurre nuestro trasegar en esta
vida.
Nuestro planeta está agonizando….y quien es
el culpable?...el hombre!... Destruimos todo lo que se interpone en nuestro
camino; desviamos los causes de los ríos, talamos los bosques, destruimos los
manglares, contaminamos los ríos con la explotación minera y la búsqueda de
hidrocarburos; con las fábricas y la polución que producen contaminados el aire
que respiramos en el afán de obtener riquezas y todo gracias al progreso y a
los avance tecnológicos.
En fin. Son muchos los factores que han
llevado al deterioro del planeta y a todas estas se suma el cambio climático,
el recalentamiento global y todas las consecuencias que ello trae; como el
fenómeno del niño y las altas temperaturas que por estos días encienden las
alarmas.
Estamos acabando con nuestro planeta y el
preciado líquido comienza a escasear, y los campos ya no producen alimentos
como antes; todo escasea.
El planeta agoniza y nosotros no hacemos nada
para mejorarlo. Lo estamos destruyendo, cada día lo contaminamos más. Y aunque
un tercio de las naciones ponen en marcha planes y programas de prevención y
mitigación de la situación para crear conciencia sobre cómo cuidar y mejorar el
mundo en que vivimos, el resto no hace lo propio.
Un tercio del planeta no es suficiente. Si
todos nos unimos podríamos eventualmente salvarlo o en el peor de los casos
mitigar el daño.
No obstante, y muy a pesar de los avances de
la ciencia y las tecnologías, estamos lejos de encontrar la forma de llegar a
otros mundos.
La solución podría estar en el espacio,
porque la tierra tarde que temprano desaparecerá. Un nuevo mundo…un nuevo
planeta tierra o algo muy similar a él donde los hijos de nuestros hijos o
generaciones futuras, puedan asentarse y vivir como en el otrora planeta
tierra, para entonces ya desaparecido o por desaparecer o moribundo.
Hacia allá deben mirar los cien-tíficos de la
NASA y del resto de naciones con tecnología espacial.
Descubrir planetas o exoplanetas similares a
la tierra y construir vehículos capaces de llegar a ellos para que el hombre y
la vida, como la conocemos, no desaparezcan.
Pero mientras eso ocurre, tenemos que hacer
hasta lo imposible para alargar la vida de nuestro amado y maltratado planeta
tierra.




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